La Semana Santa y sus negocios

La Semana Santa y sus negocios

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Cuando se habla de emprender y de Semana Santa, lo primero que se nos viene a la cabeza, probablemente pueda ser, terrazas, bares, hoteles, playas, y negocios relacionados con el descanso, con el ocio, etc. Pero realmente hay otro tipo de empresas y de profesionales que se relacionan casi y exclusivamente con esta época del año. Nos referimos a toda una serie de negocios que tienen su razón de ser en la Semana de Pasión, que no podrían existir sin la misma, y en los que probablemente, muy pocas personas se paren a pensar cuando se plantean la posibilidad de emprender.

Hoy vamos a hablar de negocios muy específicos, que requieren en muchos casos de profesionales con alto grado de formación y especialización, y que son grandes desconocidos para la mayoría de emprendedores y emprendedoras, e incluso de jóvenes que se están planteando un porvenir. Pero es necesario recordar que en muchos casos se trata de profesiones de futuro y además con las que se pueden obtener interesantes ingresos.

Hagamos un repaso. En un momento en el que las máquinas de coser entran de nuevo en las casas, los cursos de corte y confección vuelven a estar a la orden del día, y los “Burda”, aparecen otra vez en los quioscos, el bordado también se revaloriza. Ser bordador o bordadora profesional, tiene mucho que ver con la Semana Santa, de hecho esta festividad es culpable en gran medida de que no haya desparecido esta profesión milenaria. Es mucho lo que se borda por y para la Semana Santa. Los mantos de las vírgenes, la ropa de los tronos, los palios, los pendones, los estandartes, e incluso los hábitos de algunos de los penitentes, van bordados. Es una profesión que está en alza, existe de hecho una especialidad dentro de los estudios oficiales de las Escuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, así que si alguien siente inclinación hacia esta profesión que se entremezcla con el arte, debería de animarse, ya que es un nicho de empleo muy específico e interesante.

Otra profesión relacionada con la Semana Santa y que tiene en ella su principal razón de ser es todo lo que tiene que ver con la imaginería. Recordemos que es la especialidad del arte de la escultura, dedicada a la representación plástica de temas religiosos fundamentalmente con finalidad devocional, o lo que es lo mismo, las imágenes que vemos procesionar encima de los tronos. Los talleres imagineros están viviendo una época de esplendor y están generando puestos de trabajo, siendo además uno de los tipos de negocios que casi no se ha resentido con la crisis.

Con la orfebrería ocurre lo mismo que con la imaginería, siendo aún mayor su demanda, porque su nivel de utilización en todo lo que tiene que ver con la Semana Santa y sus desfiles profesionales, es muy profuso. Pero también está la carpintería, están los talleres de costura que se dedican a hacer los hábitos, e incluso, aquellos que se dedican a hacer los capirotes. Tampoco podemos olvidarnos de las velas, velones y similares. En definitiva son muchas las profesiones y las empresas que se relacionan con la Semana Santa, y que suponen un importante aporte tanto al mercado de trabajo, como a la economía en general. Al margen de devociones o de gustos más o menos folclóricos, esta festividad es muy importante desde el punto de vista económico, para muchas comunidades autónomas en nuestro país, ya que aunque Andalucía, o Castilla León, sean probablemente las más conocidas, hay otras muchas ciudades, provincias, etc., como Murcia, Elche, Zaragoza, Badajoz, entre otras, para las que la Semana Santa es fundamental, suponiendo un peso específico notable en su Producto Interior Bruto.

Esto nos lleva a reflexionar sobre la posibilidad a la hora de emprender, sobre todo cuando se vive en zonas en las que Pascua tiene una gran importancia, de plantearse el montar negocios que tengan que ver con estas actividades que se han mencionado y que tienen un nicho de mercado claro, accesible y fácilmente identificable. Así que ánimo

Es mejor perder, que nunca haber tenido.

Es mejor perder, que nunca haber tenido.

la fotoMedia España está de vacaciones y la otra media lo estará en breve. Esta semana llamada de Pasión, se puede analizar y mirar desde muy diferentes enfoques y puntos de vista, y eso es lo que vamos a hacer nosotros. Hoy es lunes y ya sabemos que empezamos siempre la semana con la enseñanza del azucarillo. Hoy hemos elegido una frase muy apropiada para que nos haga reflexionar un poco en estos días en los que en general se baja una marcha el ritmo (excepto aquellos que tienen que ver con el turismo y con todo lo que acompaña a procesiones, hermandades, etc.).

La vida es irónica: Se necesita tristeza para conocer la felicidad, ruido para apreciar el silencio y ausencia, para valorar la presencia.

Es mucho lo que podemos aprender de esta frase, a la que en este periodo vacacional, podríamos añadir, que se necesita cansancio para apreciar el descanso. Quien vive en un continuo asueto, no es capaz de valorar lo que significa tener unos momentos para dedicárnoslos a nosotros mismos. Y hacer aquello que nos lleve a sentirnos realmente bien, deporte, ver una peli, estar dos horas en la ducha, pintarte las uñas de los pies, jugar a vaqueros, cantar hasta quedar afónico, copear con los amigos, bailar hasta no poder más… Cada cual tiene aquello que le hace sentirse bien y que es lo que busca cuando está de vacaciones. La pena es quien pasados los días. Cuando a la vuelta le preguntas, te responde quería haber hecho, quería haber ido, quería haber… pero en definitiva NO HA HECHO. El tiempo es el recurso más escaso que tenemos, y uno que de verdad no podemos controlar, así que deberíamos de aprender a aprovecharlo mejor, porque además, por mucho que nos quieran hacer sentir lo contario, el tiempo que se va no vuelve, jamás. Vendrá otro diferente, pero el que no aprovechamos, ese pasó.

Siguiendo con nuestro azucarillo de hoy, podemos seguir sacando conclusiones. Una que se nos puede venir a la cabeza, es que realmente para poder saber lo que significa una emoción, un sentimiento, y valorarlo en su justa medida, hemos tenido que experimentar su contario. Por mucho que tengamos ideas abstractas y que nos fabriquemos nuestros elementos idílicos para comparar, hasta que no experimentamos, no lo sabemos. Como dice el refranero español, que es muy sabio (normalmente), nadie escarmienta en carnes ajenas, o lo que es lo mismo, nadie sabe realmente lo que se siente, sólo porque los demás las hayan sentido y te las cuenten. No se sabe lo que es desear realmente, hasta que no llega eso que hace que todo lo demás que hay en tu vida pase a un segundo plano, porque hay algo que es lo que hace que el resto cobre sentido. No puedes saber lo que es el sentimiento de vacío, hasta que lo que más deseas, quieres, amas, desaparece. Ahí es cuando aprendes que significa el vacío. Te lo pueden contar, te lo pueden explicar, pero sólo hay una manera de realmente saberlo, y es sentirlo. Y aquí sólo cabe recordar algo, que no nos dé miedo de saber, que no nos dé miedo de sentir, que no dejemos que nos lo cuenten, y que seamos nosotros mismos quien lo experimentemos. Luego, ya decidiremos.

Realmente la vida es muy irónica, y nosotros la hacemos aún más. Cuando tenemos algo no lo valoramos, necesitamos que no esté para darnos cuenta de la importancia que tiene. Cuando hay silencio, querríamos que el ruido nos inundara, cuando estamos tristes, recordamos los momentos de felicidad, y cuando estamos felices, no lo disfrutamos pensando en que la tristeza volverá. Al final, no sabemos vivir el momento, ni disfrutar de cada una de las pequeñas cosas que tiene cada día. Y cuando nos queramos dar cuenta, nuestro tiempo habrá pasado. Así que esta semana puede ser una gran ocasión para empezar a disfrutar el momento. Quien esté de vacaciones, que las disfrute y que al volver, no haya ni un quería, quería, y sólo he hecho, he hecho.