Alhambra Reserva 1925 y “el nuevo yo profesional”
«Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia» – Honoré de Balzac
La semana pasada hablábamos de lo que supuso Alhamabra Reserva 1925 para la marca de cervezas nacida en Granada. Se convirtió en esa tabla de salvación que hizo que la empresa puediera reflotar y salvar su delicada situación, recordemos a principios de la década de los noventa del pasado siglo. Incluso nos referimos a ésta como el auténtico ave fénix, que hizo resurgir a la marca de sus cenizas. Después han venido otros grandes aciertos, con un peso muy importante en las ventas, como puede ser por ejemplo la Especial, aunque no es un producto con la personalidad y con el peso en la imagen de la marca que tiene la “milno”, “la verde”.
Lo cierto es que la pasada semana no profundizamos en una cuestión que ésta, hemos creído interesante. Ya que ¿en qué radica el éxito de la “milno”? Porque en lo que sí que estamos todos de acuerdo, es que es un producto exitoso.
Analicemos los aspectos más importantes sobre los que se ha basado el lanzamiento y posterior éxito de esta cerveza. Con Reserva 1925 se le ha dado un valor añadido a un producto tradicional, a un producto como es la cerveza. Ese valor añadido se ha basado en una imagen diferente, un posicionamiento diferente, y hasta educar a los clientes para un consumo diferente, estableciendo además un potente proceso de diferenciación. Vamos a desgranar estos aspectos. La cerveza es un producto tradicional, que se ha asociado fundamentalmente a un consumo relacionado con el tapeo, con el aperitivo, pero no con el “copeo”. La cerveza se pide en los bares, pero no se pide por ejemplo en los locales de copas. Eso con 1925 se rompe. Una imagen cuidada nueva, pero remarcando la tradición por ejemplo, en el hueco grabado en la propia botella. Una cerveza que además tiene una mayor graduación, lo que significa que no se puede beber con la misma alegría, lo que lleva a disfrutar saboreándola, sintiéndola.
Sin ánimo de retorcer mucho las cosas, creemos que podemos hacer un paralelismo con los profesionales. Creemos que podemos sacar una enseñanza clara de éstos aspectos de los que estamos hablando. Aquellos profesionales que se formaron en la etapa off line, en la cultura del pc, pero no de la red, estamos de acuerdo en que son “tradicionales”, pero pueden conseguir un posicionamiento diferente, cambiando su imagen y buscando también ese potente elemento de diferenciación. El diferente posicionamiento, viene por el “reciclaje”, la necesaria inmersión total en las nuevas tecnologías, para que haga que su posicionamiento cambie, y sí esté en la zona de “copeo”. La imagen, debe ser acorde a este nuevo espacio que se busca en el mercado, por lo que se debe de actualizar, pero al igual que la “milno” haciendo gala de la tradición, de las marcas del tiempo, una arruga bien llevada no es ninguna deshonra, es igual que el huecograbado de la botella verde de Alhambra. Y ese sabor fuerte, que hay que aprender a sentir y a disfrutar, viene determinado por la experiencia que se posee. No estar al tanto de las nuevas herramientas, no significa no tener unos conocimientos sólidos al respecto de las materias de la profesión. Es más fácil, conseguir aprender a dominar las herramientas en un periodo breve de tiempo, que conseguir todos esos conocimientos, que no sólo se basan en la formación, si no que por supuesto, tienen su plato fuerte, en los años de trabajo.
Podemos reiventarnos, y sacar una imagen renovada de nosotros mismos, una marca personal más potente, sabiendo sacar los puntos fuertes que tenemos y siendo capaces de dar el paso de hacernos con aquello que nos falta. Como hemos repetido hasta la saciedad, sólo hay que no ya querer, que eso se presupone, como el valor en el ejército, sobre todo hacer. Así que más acción y menos autocompasión.