Deja de soñar, despierta ya

Deja de soñar, despierta ya

deja de soñar toca despertar

“Toda la vida es un sueño, y los sueños en sí, son sueños” – Pedro Calderón de la Barca

Virginia Wolf decía que la vida es sueño, y que despertar es lo que nos mata. Y tal vez tenía razón. Todo depende de cómo queramos vivir. Si queremos la pastilla roja o si por el contrario queremos la pastilla azul que Morfeo ofreció a Neo. Pero es que además, hemos de tener muy claro que significa tener sueños. Si para nosotros tener sueños es marcarnos objetivos, aspiraciones a las que queramos llegar, si nos sirven para marcarnos un camino que seguir, entonces por supuesto que hemos de soñar. Pero si nuestros sueños, nos sirven para tenernos dormidos, para tenernos entretenidos, y para de esta manera, vivir pensando en que en algún momento las cosas simplemente pasarán, como por arte de magia, entonces, estos sueños, son para nosotros una dormidera, que nos impide avanzar, que no nos permite poder convertirnos en nuestra mejor versión. Estos sueños, son engaños, son formas de autoconvencernos de que la vida nos debe algo mejor, y al final, son simplemente una más de las trampas del ego, de las que ya hemos hablado en más de una ocasión. Esta concepción de los sueños, como regalos divinos a los que aspiramos, e incluso creemos que merecemos, lo que hace es que sigamos encorsetados en nuestro círculo de comodidad, esperando a que el milagro se consuma. Pero no nos movemos.

Los sueños a los que sí hemos de aspirar son aquellos que se convierten en objetivos, es decir, en aspiraciones reales por las que luchar. Sueños que como objetivos son medibles, son alcanzables y son temporales. Y siempre que estos requisitos se den, no debemos de tener miedo a soñar, a aspirar a conseguir todo aquello que realmente queremos. Pero el secreto es sólo, como dice hoy nuestro azucarillo, despertarnos. De nada nos sirve marcarnos metas, tener aspiraciones, tener objetivos, soñar, si no despertamos. Si nos quedamos en nuestra poltrona esperando a que por gracia divina se produzcan. Esto no va a suceder, si queremos algo debemos lucharlo, debemos buscarlo, debemos pelearlo, dejarnos la piel en el intento. Sólo así nuestros sueños, se podrán hacer realidad. Siempre cabe la posibilidad de no conseguirlo, porque el mero hecho de intentarlo, de quererlo, de buscarlo, pese a que lo demos todo, no significa que lo vayamos a conseguir. Eso está claro, y no pretendemos engañar a nadie, ni generarle falsas expectativas. No, hay que trabajar mucho, no descansar, no dejar nada para mañana, y pese a eso, nadie puede asegurarnos que vayamos a conseguirlo. Pero lo que está claro es que si no lo hacemos de esta manera, desde luego, será mucho más difícil, por no decir imposible, que realmente, nuestros sueños se cumplan.

Por ello, hay que despertar, hay que coger la espada en una mano, el escudo en la otra y salir cada mañana a la batalla, con la intención clara de ganar la guerra final, aunque por supuesto habrá muchas batallas que perdamos, pero que estas no nos hagan olvidar nuestro objetivo, o alejarnos del mismo, que no es otro que realmente ganar la guerra.

Es cierto que a veces, es difícil seguir peleando, cuando son muchas las batallas que se van perdiendo. Cuesta trabajo, volver a la lucha, y sobre todo hacerlo con el mismo empeño, porque el miedo a ser incapaz de remontar la situación, a veces se puede convertir en nuestro peor enemigo. Pero no queda otra. Por eso cuando lleguen esos momentos de bajonazo, esos momentos de indecisión, esos instantes en los que nos vemos débiles, y nos parece ser incapaces de ganar la guerra, sólo un consejo, si es que nos lo permitís, apretad los dientes, e intentar seguir aún con más fuerza, con más ímpetu, con más ganas, con más de todo.

Como decíamos la victoria no es segura, pero por ello no debemos de venirnos abajo, no debemos de dejar de creer en nuestras posibilidades. El otro día leía en una de las redes sociales, a una amiga que decía que estaba harta de esa gente que decía que sí podíamos, que todo depende de nosotros, que si nosotros queremos, todo se puede alcanzar. Tiene razón, porque no todo depende de nosotros, y aunque nos dejemos la piel y hasta la vida en ello, siempre habrá una parte que no dependerá de nosotros, así que querida amiga tienes razón, pero no es menos cierto, que si no lo intentamos, no lo peleamos, no lo luchamos, entonces es verdad que lo único que tenemos seguro, es que no lo conseguiremos.

Así que ánimo, que por nosotros no quede. Que si no lo conseguimos no sea porque tiramos la toalla antes de tiempo, porque nos dejamos llevar por nuestro ego, que nos decía que tal esfuerzo no merecía la pena, porque al final no lo íbamos a conseguir. Si no podemos alcanzar nuestros sueños, que nos quede la absoluta tranquilidad de que lo dimos todo, de que no nos guardamos nada para nosotros, y que peleamos hasta el final, porque realmente queríamos alcanzar nuestro sueño.