De política va el juego
(Se tú mismo. Los demás puestos ya están ocupados – Óscar Wilde)
Marca Personal versus marca de Partido
Si antes teníamos algún tipo de duda, ya es oficial, estamos de campaña electoral y lo estaremos desde ahora hasta el final de año. Estamos ante diversos procesos electorales, con resultados, pese a lo que nos dicen las encuestas, aún inciertos. Se abre una nueva y apasionante etapa en el panorama político-electoral de nuestro país y por primera vez prácticamente desde que naciera nuestra incipiente democracia, el cambio pude ser real, los parámetros diferentes, lo que hace que los resultados sean, en gran medida, una incógnita. Una aclaración, cuando mencionamos el cambio, para nada hablamos de cambio en el partido que pueda ganar las elecciones. No, ahora hablamos de un cambio más profundo. Hablamos de un cambio de sistema. Hablamos de un cambio de actuación. Hablamos de una nueva forma de hacer y de ser tanto para políticos, como para ciudadanos. En resumen, hablamos de un momento apasionante, que vamos, mejor dicho que estamos viviendo, y que eso hace que tal vez pueda estar pasando un poco desapercibido para nosotros, ya que formamos parte de este nuevo universo político-económico-social que está dibujándose en España y que tiene muchas interesantes aristas sobre las que trabajar, o en las que centrarse.
Hoy vamos a ir de la mano del marketing político y vamos a reflexionar sobre algo realmente emocionante, y es acerca de lo que puede tener más peso en estas elecciones: la marca personal o la marca de partido.
Cuando hablamos de marca de partido, evidentemente nos estamos refiriendo a las siglas, a las todopoderosas siglas, que tradicionalmente en los feudos de los diferentes partidos, han hecho que la cabeza de lista, o incluso la candidatura en general no fueran importantes. El ir bajo un determinado paraguas –PSOE, PP, IU, CIU, PNV…- era más que suficiente para garantizar el éxito. El nivel de adhesión y fidelidad a la marca de los clientes (votantes) era tan elevado, con una adhesión emocional tan alta, que hacía que el individuo no tuviera peso en la elección. El individuo se diluía bajo esas grandes siglas (marca) que son las que de verdad contaban.
Pero la pregunta que desde aquí lanzamos es ¿eso ha cambiado? La irrupción de nuevas marcas, como por ejemplo PODEMOS, o el crecimiento (según las encuestas) de otras como CIUDADANOS, sin una vinculación ideológica tradicional, ¿cambia el panorama? ¿cambia el tipo de consumo? ¿cambia al consumidor votante?
Las marcas históricas se han sustentado sobre componentes tradicionales, como son el rango ideológico, el aspecto emocional asociado al pasado vivido, y a hacer ver que el planteamiento de derecha-izquierda era el que prevalecía, con la asociación histórica de valores que se hacían a uno y otro posicionamiento. Pero las nuevas marcas han traído nuevos componentes, que han sabido asociar a los nuevos tipos de consumo y a los nuevos tipos de consumidores-votantes. El contar con Internet, elemento que democratiza cualquier cuestión al equiparar a todos, el desvincularse del eje ideológico tradicional, y el bajarse del pedestal de las siglas, han hecho que el mercado ahora cambie, que la oferta y la demanda evolucionen. Y por otro lado, ha abierto un importante debate entre a qué hay que dar peso, ¿a la marca personal, es decir, personalizar la campaña electoral en el líder, intentando aislarla de la marca política, para evitar así las connotaciones negativas que pueda tener? O, por el contrario, ¿a la marca política que nace nueva, que sale al mercado electoral, impoluta y con una imagen asociada a los valores de los tiempos que nos está tocando vivir?
El primer proceso electoral, o lo que es lo mismo el primer mercado prueba, va a ser Andalucía, las marcas ya están disputando su cuota, y vamos a ir viendo cómo se produce la evolución. Semana a semana vamos a ir desgranando todo el proceso que están experimentado.
Ahora sólo nos gustaría que se reflexionara, sobre qué es para cada uno de nosotros lo más importante, ¿la marca personal o la marca política?, o lo que es lo mismo ¿el candidato o candidata o el partido al que representa?