Educación libre, pensamiento plural, diversidad… las medicinas contra la sinrazón.
Para ser libre no se necesita sólo despojarse de las propias cadenas, sino vivir de una manera que potencie y respete la libertad de otros – Nelson Mandela
El Azucarillo está concebido para traernos pensamiento positivo, para hacernos reflexionar y sobre todo para provocar de alguna manera en nosotros una llamada a la acción, y esta semana no iba a ser menos. Los atentados del pasado fin de semana nos tienen que hacer reflexionar acerca de lo que estamos dejando que suceda en el mundo. La pregunta que desde la noche del viernes nos asalta a todos y todas, no es otra que ¿cómo hemos llegado a esto? El terror ha dado una vuelta de tuerca macabra, y ha pasado del atentado a la guerrilla de atentados, a sembrar de forma absoluta el terror, generando la sensación en todo el mundo de que la tranquilidad no existe y que el peligro está a la vuelta de la esquina.
Hoy no queremos desde aquí lanzar un mensaje demagógico, de juntos podemos y de unidad y de valentía. A estas alturas y después de 72 horas, casi todo se ha dicho (aunque algunos medios, como algunas televisiones de este país, reaccionaran tarde y mal, mostrando una programación de encefalograma plano, en un momento en el que el mundo sangraba y gritaba, pero como decía, no vamos a hacer demagogia). No. Nos agarramos a Tichavsky, y nos sumamos al convencimiento de que en los libros, en la educación, y en la formación, está mucha de la salvación que necesitamos para que estos
hechos no se vuelvan a repetir. En el caldo de cultivo de cualquier clase de radicalismo encontramos ingredientes comunes, independientemente del tipo del que se trate. Encontramos desarraigo, encontramos inestabilidad emocional, encontramos baja autoestima, problemas económicos y sobre todo y ante todo, INCULTURA, falta de formación o lo que es lo mismo, una formación tan sesgada, tan sesgada, que las opiniones y las visiones unilaterales del mundo se asumen como verdad absoluta, lo que lleva a que en muchos casos, ni siquiera se plantee la posibilidad de la duda ante lo que se dice, lo que se aprehende, lo que se ordena, y lo que se exige, llevando a la acción a la que lleven, independientemente de sus consecuencias, de su naturaleza, y porqué no decirlo de su salvajismo, y falta de humanidad.
Si todas estas cosas las sabemos, porqué permitimos que pasen. Porqué nos damos la vuelta hacia otro lado, mientras todo esto sucede, y por cierto, muertos irracionales se producen es cierto en otros muchos sitios del mundo. Todos son importantes no lo olvidemos, pero no es menos cierto que cuando los terroristas golpean en los símbolos de nuestra cultura y modo de vida occidentales, lo hacen sabiendo que cuanto más cerca se siento el terror y el dolor, y el sufrimiento mayor es el miedo. Esa es la cuestión.
Ante esto no nos queda otra que seguir haciendo nuestra vida, no actuar con miedo, no permitir que nos corten las alas, y sí hacer un esfuerzo por ayudar a los que sufren, a los que se sienten desamparados, a los que la exclusión les lleva en muchos casos a ser el caldo de cultivo perfecto para todo este tipo de “locuras” que sólo llevan a un lugar que se llama dolor, pero en el que no se encuentra nada más que muerte. Es muy fácil prometer a quien no tiene nada, que en la otra vida, lo tendrá todo, y que lo crea a pies juntillas, porque recordemos que quien no tiene nada, nada tiene que perder, lo que hace que relativice el valor de todas las cosas, incluido el de la propia vida y el de la de los demás.
No queremos hacer demagogia, pero luchemos con libros para curar la ignorancia, hagamos que los recursos lleguen a los lugares en los que los “malos” se están nutriendo de tropas que sienten que sólo pueden encontrar un sentido a su vida, dándola por un ideal que sienten una verdad absoluta, muchas veces, porque es la única a la que se pueden agarrar.
Recordad que los muertos son muertos, estén dónde estén, caigan dónde caigan. Francia, Kenya, Líbano, España, Estados Unidos, Uganda… la misma sinrazón está matando en todos los sitios.
Por nuestra parte, ahora en este momento, lo primero que tenemos que hacer es no tener miedo, seguir con nuestras vidas, y seguir hacia adelante, pero sobre todo y ante todo, sin generar odio, ni rencor, y estableciendo puentes, porque esta es la única manera de salir hacia adelante.