Blue Monday, sí ¿y qué?
Blue Monday. ¿Qué es?
Blue Monday, el tercer lunes de enero, el día que se supone que es el más triste del año. Muchas y muchos pensaréis que porqué. Pues bien, porque un ex profesor del Centre for Lifelong Learning, adjunto a la Universidad de Cardiff, Cliff Arnal, hizo un estudio al que podemos denominar “pseudo científico”, mediante el cual, utilizando las matemáticas, planteaba a modo de ecuación, que efectivamente el tercer lunes del mes de enero, era el día más triste del año. Esta formulación “matemática” fue ridiculizada por varios científicos, pero lo cierto es, que aunque fuera en 2005 cuando apareció este término por primera vez, se sigue hablando del “Blue Monday”. Ni siquiera la pandemia ha hecho que se deje de hablar de este lunes azul.
Pero ¿por qué este lunes es tan triste? La base del punto álgido de la depresión que tenemos hoy todos y todas, está precisamente en habernos dado cuenta de que los propósitos que nos pusimos para el año que recién hemos estrenado, no los estamos cumpliendo. Hoy deberíamos querer meternos debajo de las mantas, y no salir, presas de la mayor de las depresiones, puesto que las navidades terminaron, hace frío, nos hemos dado cuenta de que no estamos haciendo deporte, ni comiendo más sano, ni hemos dejado de fumar, ni nada de nada… y además, nos hemos dado cuenta de que lo más importante es sobrevivir y que la pandemia un año después, es aún peor que en 2020.
Pero desde aquí decimos… ¿y si nos dejamos de tener miedo y no dar valor a las cosas realmente importantes? A la tendencia procrastinadora que ya hemos dicho muchas veces que tenemos inculcada y que casi forma parte de nuestro ADN sólo le faltaba que le diéramos más excusas para seguir sin hacer cosas…
Quienes nos conocéis, sabéis que nada más opuesto a nuestros planteamientos, que este rollo del “Blue Monday”. Recapitulemos y seamos conscientes de varios temas. Los propósitos que establecemos a final y principios de año tienen que ser absolutamente fiel reflejo de lo que nosotros queremos. No de lo que el resto de personas quiere, o de las modas, o de lo políticamente correcto. ¿Por qué no cumplimos con nuestros propósitos? Sinceramente, porque no son realmente nuestros. Es decir, si de verdad queremos cambiar algo, queremos hacer algo, lo vamos a hacer.
El problema es que muchas veces tras esos planteamientos, llenos de buenos propósitos y de grandes y nobles intenciones, no hay verdad, no hay nada más que “postureo”. Este año más que nunca, nuestros propósitos deben de estar en línea con sobrevivir, con cuidarnos, con cuidar a los demás y con hacer todo aquello que esté en nuestras manos para conseguir vencer al virus. Cada uno desde nuestra trinchera podemos y debemos hacer lo posible para ganar esta guerra.
Cambiar es posible, si eso es lo que queremos. Pero realmente lo hemos de desear y debemos de estar dispuestos o dispuestas a ello. Por supuesto que ningún cambio ni lucha son fáciles. Nadie va a decir que sí. Pero que no sea fácil, no significa que no sea posible, ni mucho menos. Necesitamos, más que nunca, motivación, perseverancia, deseo y pasión para hacerlo, superar los miedos, y después más motivación y más perseverancia, aliñada con grandes dosis de constancia… ¡ah!, y por supuesto, creer que es posible y quererlo. Este año además, hay que añadir un extra de responsabilidad y de solidaridad.
No hay más misterio, no hay más nada. No existe una fórmula mágica, ni tampoco una varita que nos transforme. Sólo existimos nosotros y nuestra voluntad, nuestras ganas, nuestro querer hacer, nuestro querer cambiar, nuestro querer vencer. Así que vamos a dejarnos de historias de “blues Mondays”, no vayamos a buscar excusas en lo científico de que exista un día deprimente. Porque no es cierto.
Hoy es tercer lunes de enero y es un día happy, para todos los que tenemos la suerte de estar viviendo en el aquí y en el ahora. Ayer no existe, mañana no sabemos si llegará, pero hoy soy feliz porque busco aquellas cosas que me hacen feliz, o al menos, que me recuerdan que esto es la vida real. Así que os proponemos que hoy hagáis algo que os recuerde lo vivos y vivas que estáis. Sexo, bailar, reír, cantar, gritar…. Hay tantas cosas que nos sirven para recordar que estamos aquí que ¡simplemente elegid una y disfrutadla!. Aunque sea de una manera pandémica podemos seguir haciéndolo. ¡Cuidaros mucho!