Estar preparado es importante, saber esperar es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida.
(Arthur Schnitizler)
Coca Cola es una marca que siempre está evolucionando y adaptándose a su público, volvió a reencontrarse con su esencia, y a unificar la imagen de todas sus latas. El rojo coca-cola, ese rojo que hizo que Papá Noel sea cómo lo conocemos hoy, es el color que desde el año 2015 ha vestido a todas sus latas, independientemente del tipo concreto de refresco que contengan (light, zero, sin cafeína). El gran cambio lo realizó hace cuatro años y en 2018, volvieron a dar otra vuelta de tuerca para evolucionar los diseños a una versión que llegó con intención de permanencia temporal. Hoy, solo una franja superior diferencia sus latas para identificar el tipo de bebida que se bebe.
Queremos compartir una reflexión empresarial acerca de Coca-Cola y nuestra propia esencia. Coca-Cola siempre ha sido mucho más que una bebida. Coca Cola se ha sustentado en aquello que ha sido capaz de trasmitir, en aquello que ha sido capaz de hacernos sentir, de tal manera que la asociamos en nuestra mente a momentos especiales, a momentos llenos de vida, de luz, de color, de amistad, de sol. En definitiva Coca-Cola es felicidad, es juventud, es ilusión… estas son las emociones que se asocian a la marca, estas son las emociones que nos trasmite, y que hace que cuando vemos esa botella de vidrio, verdoso, rizado, grueso, vengan directamente a nuestra cabeza.
A lo largo de la historia la marca ha experimentado cambios, aunque realmente han sido evoluciones, sin perder nunca su esencia. En este recorrido, hay ocasiones en las que se ha equivocado (caso de la Cherry Coke en España, por ejemplo), ha cometido errores (como el fiasco de Acuarius Number Five), pero siempre se ha levantado y ha vuelto a intentarlo. Quizás una de las enseñanzas más grandes que podemos sacar viene de que desde el punto de vista de la teoría del marketing, fuera una marca que no cumplía casi ninguno de los requisitos que los mercadólogos acostumbramos a pedir, pero sin embargo ha conseguido ser un referente mundial, y formar parte de la vida de millones de personas. Decimos que esta es la mayor de las enseñanzas que podemos sacar, porque así se demuestra que pese a la importancia de las teorías, al final lo que manda son las acciones y la práctica. Coca-Cola trasciende a ser el mero nombre de una gama de productos o de una compañía, es un símbolo cultural, que se asocia incluso a la libertad en algunos países (primera marca comercial occidental que entró en China), o a la opresión para otros (producto vetado en Cuba o en determinados países islámicos).
La reflexión que queremos hacer se centra en intentar ver qué podemos tomar de esta marca, de Coca-Cola para asociarlo a nuestra propia evolución profesinoal y personal. Coca-Cola nos ha trasmitido esas ganas de “bebernos” la vida, de llegar a más, de ser más, y todo asociado a la felicidad, al movimiento, al cambio (sus campañas de comunicación son referentes al respecto). Por ello, lo primero que tenemos que tener claro es que el cambio que queremos, esa alegría de vivir a la que aspiramos, sólo se produce a través de la acción. Tenemos que hacer cosas, y además cosas diferentes, si queremos conseguir algo distinto.
Ahora bien, para conseguir ese cambio, ¿qué necesitamos? Está claro, que lo primero es y debe de ser la motivación. Hemos de encontrar nuestro combustible particular, el que arranque nuestro motor. Este será lo que nos permita realmente realizar esa transformación que buscamos, que deseamos, que necesitamos, y que nos lleve a alcanzar a cada uno nuestra felicidad particular. De una manera u otra, todos queremos ese cambio que nos lleve a querernos más, a sentirnos mejor con nosotros mismos, a sentirnos más gente coca cola. El que nos sirva para acercarnos a esa felicidad que estamos buscando, aunque lo primero será tener claro qué es lo que buscamos.
Encontrar nuestra propia motivación, lo que haga que seamos capaces de mover una montaña, si fuera necesario, lo que haga que nos sintamos fuertes como titanes, necesitará de un componente esencial, que será la fuerza de voluntad, la aliada inseparable de la motivación que será la que nos llevará a saborear la vida, lo dulce y lo amargo, pero siempre disfrutándola, siempre estando vivos. No vale con simplemente querer, con eso no hacemos nada, es más importante hacer. Ese es el auténtico secreto de Coca-Cola, siempre ha trasmitido y sigue haciéndolo, ganas de beberse la vida. No podemos esperar a que las cosas pasen, no podemos esperar a que la felicidad llegue, no. Tenemos que hacer nosotros.
Coca-Cola simboliza, la felicidad, la juventud, la alegría, pero también se ha asociado a la superación, al esfuerzo, a la consecución de logros. La moraleja que podemos sacar de este post, es que si coca cola, con un nombre cacofónico, casi impronunciable en inglés, con una tipografía extraña, siendo una marca que se asocia al rojo, un color no demasiado bien visto en el momento en el que nace y en el país en el que nace, y además vendiendo un producto que básicamente no sirve para nada, ha conseguido ser una de las marcas más importantes del mundo y además incluso, conseguir que se tenga “sed de coca cola”, lo que es un puro contrasentido. ¿Por qué cada uno de nosotros y nuestras empresas no van a conseguir lo que se propongamos?
Y por supuesto, siempre, siempre con un mensaje positivo…
Y a ti, ¿qué te trasmite Coca Cola?