Trabajar en tiempos de Covid19
Trabajar en tiempos de Covid19. Cerramos la Semana 3 de confinamiento.
Cumplimos la tercera semana de confinamiento. Esta semana además se endurecían las medidas económicas, y el desánimo se hacía mella en gran parte del empresariado y sobre todo dentro del colectivo de autónomos y autónomas. Esta semana comenzaba el mes de abril, y una dura realidad se cernía sobre todas nuestras cabezas.
La situación de paro obligatorio y de congelación de la economía, parecía tenernos en un limbo en el que esperábamos el maná del cielo, bueno no del cielo no, del Estado, para hacer frente a todas las obligaciones de primeros de mes. Pero resulta que ese maná no llegó, y lo que sí llegó fue una gran bofetada de realidad. Los negocios están cerrados, los autónomos en sus casas. El teletrabajo es una solución para algunos, pero no para la mayoría.
Muchos de nuestros clientes, como los del sector turístico, los del sector de la belleza, la construcción, el comercio, la restauración… han tenido que quedarse en casa y cerrar las puertas de sus empresas, por el bien de todos, en un intento de parar esta pandemia asesina que sufrimos.
Pese al parón obligatorio y obligado. Pese a entender todos que es la manera de frenar el avance del maldito COVID-19, las consecuencias se han hecho más que manifiestas. Las empresas estamos sin ingresos, o con ingresos mínimos, pero sin embargo, los pagos de primeros de abril, han sido los mismos que los de cualquier otro mes. Alquileres, préstamos bancarios, recibos de luz, gas, agua, basura, telefonía, internet… e impuestos. Los dueños de la Casa de la Perra Gorda, tan implacables como siempre, nos cobraban los recibos de Seguridad Social.
Descubríamos que los tan anunciados ERTEs, pueden ser más que una solución, para muchos una sentencia de muerte. La cruda realidad se abría camino con paso firme. Veíamos cómo aparecían mesías, con aires de salvadores, con la careta del lo hago por ti, pero con el interés oculto de engordar el ego y aprovechar el tirón para recoger una cosecha futura, no importando comportarse como ave de rapiña.
Y sí, la situación es complicada, los augurios no son los mejores, porque aún no sabemos por dónde está la luz que nos guíe hasta el final de este camino. No sabemos el tiempo que habrá que seguir aguantando. Pero aquí estamos y estaremos. Todo tiene solución, excepto la muerte, y muertos no estamos. Vamos a darlo todo, vamos a echar el resto, ayudando a todos aquellos que nos encontremos por el camino, a los que podamos hacer el bien. Vivimos tiempos muy difíciles, pero vamos a superar esta situación, tanto en lo sanitario, como en lo social, y por supuesto en los empresarial. Nos re-inventaremos, aprenderemos a hacer las cosas de otra manera, pero sobre todo y ante todo, como reza el himno que inunda las redes, las emisoras, las televisiones en estos días: resistiremos. Volveremos más sabios, más fuertes, mejores.