por grupo3estudios | Mar 10, 2015 | El Grial de tu Empresa, Empresa, Empresa y Emprendimiento, Innovación, Marketing e Investigación
«No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino» (James Dean)
Cuando se opta por emprender, nadie te puede asegurar que vayas a tener éxito. Absolutamente nadie. Pero eso tampoco significa que tengas que tomar las decisiones, a tontas y a locas, o por pura intuición. Ni mucho menos. Toda ayuda será positiva, y cuando cuentes con servicios profesionales, de empresas dedicadas a la consultoría y al apoyo al emprendimiento, recuerda que no te pueden dar una receta milagrosa, ni tampoco tienen una varita mágica que te ayude a tener éxito.
Las empresas especializadas lo que sí te pueden proporcionar es información que te ayude a reducir al máximo el riesgo de fracaso. Esto no significa que dicho riesgo deje de existir, pero el hecho de que quede en la mínima expresión, siempre nos ayudará a tomar la decisión. Está claro que el trabajo duro, las ganas, la pasión y también por supuesto, una pizca de suerte, serán otros de los elementos que ayuden a conseguir que el proyecto pase a ser una realidad con futuro.
Dentro de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de emprender y de las que iremos hablando poco a poco, para ayudar a todos y todas aquellas que queréis poner en marcha un negocio o bien ampliar el que ya tenéis, hoy vamos a dedicar este post a la selección de la localidad en la que comenzar nuestro negocio.
Cuando hablábamos de la importancia de convertir las ideas en realidades, establecíamos un pequeño esquema de las cuestiones a tener en cuenta. Una fundamental, es tener claro dónde quiero montar mi negocio. Aquí nos podemos encontrar con dos situaciones diferentes, que tengamos por los motivos que sea decidida la localidad, con lo cual, lo que tendremos que hacer es elegir el mejor emplazamiento posible -de esta cuestión hablaremos más adelante-, o que tengamos claro el tipo de negocio que queremos montar y a qué tipo de clientes nos queremos dirigir, pero que no sepamos geográficamente dónde nos interesa más, emplazarnos. Este es el caso que hoy vamos a explicar y para el que vamos a poner un ejemplo, con la utilización de Mapas Calientes.
Supongamos que queremos montar un negocio relacionado con ropa y calzado, y que nos da igual la localidad de Andalucía en la que hacerlo. En este caso investigaremos en primer lugar, cuál es la provincia en la que el gasto en este tipo de productos que estamos interesados en vender es mayor. Con lo que obtendremos el Mapa Caliente de Ropa y Calzado de Andalucía, tal y como se puede ver a continuación.

Una vez que tenemos seleccionada la provincia que nos resulta de mayor interés, en nuestro ejemplo Almería, por tener el gasto mayor, hemos de realizar la misma operación para conocer cuál es la localidad que resulte óptima objetivamente hablando, con cifras reales, para establecer nuestro negocio. De esta manera lo que hacemos es comparar el gasto en ropa y calzado medio que existe entre los diferentes municipios de Almería, que ha sido la provincia que ha resultado de mayor interés. Tal y como se muestra en la imagen que aparece a continuación, los municipios que están en color rojo oscuro son los que presentan mayor gasto. En este caso concreto, optamos por Níjar, porque además el precio de los locales y el volumen de población resultan más interesantes para poder poner en marcha nuestro negocio.
Tal y como se puede comprobar en la imagen, esta información nos será de gran ayuda para asegurarnos de que en la localidad en la que vamos a montar nuestro negocio existe una demanda suficiente, existiendo una clientela potencial asegurada.
Este tipo de Mapa Caliente, se puede realizar personalmente, si se tienen los conocimientos necesarios, o también se puede acudir a empresas especializadas. Si tenemos que acudir a una consultora para que nos ayude, lo que siempre hemos de tener muy presente es que el coste de sus servicios no es un gasto, sino que es una inversión que nos ayudará para tener éxito en nuestro negocio.
por grupo3estudios | Mar 9, 2015 | El Grial de tu Empresa, Lunes positivos
A partir de ahora, los lunes vamos a empezar la semana con “las enseñanzas de los azucarillos”. Reconozcamos que a veces tenemos más ganas de ver lo que dice el sobrecito que de tomarnos el mismísimo café. Esperamos que el azucarillo sea el que nos traiga el mensaje justo que necesitamos recibir en ese momento. Muchas veces lo hacen, aunque en la mayoría de los casos, no es tanto lo que dice, sino cómo lo interpretamos nosotros. Al fin y al cabo es la teoría de las famosas galletitas chinas de la suerte, o algo más español y más castizo como es el refranero. Al final buscamos de alguna manera leer o escuchar aquello que necesitamos para reforzarnos, o para hacernos reflexionar, o simplemente para hacernos sentir mejor.
Así que como el movimiento se demuestra andando, en nuestro primer lunes, que además es del mes de marzo, es decir, el mes en el que llega la primavera, el mes en el que la naturaleza renace, las flores empiezan a salir, los días se alargan y parece que tuviéramos más ganas de vivir, vamos a comenzar con esta sección, y lo vamos a hacer con uno de nuestros favoritos:
“La Esperanza es desear que algo suceda, la Fe es creer que va a suceder, y la Valentía es hacer que suceda”
En muchos casos tendemos a quedarnos esperando que las cosas sucedan, que las cosas pasen sin más y además que lo que pase sea bueno para nosotros. Pero ¿qué hacemos para ello? Cuántas veces hemos oído expresiones del tipo “Ojala me toque la lotería”, de boca de personas que ni siquiera compran un boleto. Eso no es esperanza, eso no es fe, eso es pensar un imposible. Eso es comportarse como un idiota.
Cuando queremos algo, no podemos sin más esperar que pase. No podemos pensar que los clientes van a llegar por sí solos, no podemos pensar que me van a llamar para ofrecerme el contrato del siglo, no podemos pensar que voy a ganar el partido, y todo simplemente porque me lo merezco. NO, y no, porque eso casi con toda seguridad no va a pasar. Si queremos que algo suceda, simplemente tenemos que hacer. Cuando creemos que valiente es ser un caballero andante, o una heroína como Juana de Arco, novelamos y magnificamos una cualidad que está presente en todos nosotros, aunque muchas veces la ocultemos.
La auténtica valentía no es ser Bufalo Bill y morir con las botas puestas, o Magallanes, que no pudo completar la primera vuelta a la tierra. La auténtica valentía es levantarte por la mañana, salir a la calle y enfrentar la vida haciendo que las cosas ocurran, moviéndote, peleando, yendo y viniendo. Valentía no es decir que voy a moverme, voy a pelear, voy a ir o voy a venir, eso se llama procrastinación y lo analizaremos en próximas entradas. Valentía es hacer.
Así que para terminar no queda otra que animar a todo el mundo a que sea valiente, a que haga, a que lo intente, porque si sale mal, puedes volver a intentarlo, si te caes puedes volver a levantarte, y siempre habrás aprendido. Edison consiguió su bombilla en el intento mil, y siempre dijo que no es que hubiera fracasado 999 veces, sino que simplemente, había descubierto 999 maneras de no hacer una bombilla. Esa es la actitud.
Esta es la era de los valientes y las valientes…. ¿te apuntas?
https://www.youtube.com/watch?v=w_KFr-Lnxsk
por grupo3estudios | Mar 3, 2015 | El Grial de tu Empresa, Empresa, Empresa y Emprendimiento
El primer paso cuando tienes una idea de negocio es convertirlo en un proyecto. Las ideas cuando están en nuestra cabeza pueden sonar genial, y además pueden tener una estructura muy lógica, pero el primer paso para que se conviertan en una realidad es “sacarlas fuera”. ¿Qué significa sacar las ideas? Pues es tan fácil como sentarse delante de un ordenador, de una Tablet, o incluso los más románticos, con un papel y un lápiz e intentar darle cuerpo, plasmarla por escrito, de tal forma que pase a ser el embrión de lo que más tarde será el Proyecto como tal, que será un documento que nos servirá mucho en el proceso de búsqueda de financiación, tanto pública como privada, en el caso de que tengamos que buscar socios, etc. Ahora no nos vamos a centrar en el Proyecto, del que más adelante hablaremos, ahora estamos generando el embrión.
Son muchas las ideas que nunca se realizaron, son muchos los proyectos que murieron porque nunca nacieron, son muchas las personas que dicen “eso se me había ocurrido a mí”, y en todos estos casos hay algo en común. NO SE HIZO NADA. Por ello es muy importante que el primer paso del apasionante proceso que supone sacar un proyecto empresarial o profesional propio hacia adelante, sea “contar la idea”. A veces no es fácil, pero eso no significa que haya que desistir. Por experiencia podemos dar algunas pistas de cómo conseguirlo de una manera más fácil y más estructurada, lo que luego nos será de gran ayuda para convertirlo en ese documento, ese Proyecto, del que hablábamos antes y que se convertirá en nuestra primera herramienta de venta.
El primer paso es ponerse sencilla y llanamente a escribir, a contarlo tal y como lo sentimos dentro de nosotros mismos, sin importarnos las expresiones o las palabras, porque lo más importante es que realmente salga, que empiece a tomar cuerpo. Una vez que ya existe, que ya ha salido y que no es simplemente algo que está en nuestra cabeza, es el momento de empezar a darle el primer barniz de realidad. Para ello es necesario ahora sí tener en cuenta algunos aspectos fundamentales y que se han de plasmar. Para que sea más fácil os contamos cuáles son:
- La idea: redactarla de forma que quede clara, y sobre todo, algo esencial, trasmitiendo ilusión y la firmeza de que es realizable.
- Los promotores: contar brevemente quién o quiénes son las personas que están tras ese proyecto, tras esa idea, exponiendo la motivación que les lleva a querer llevarla a cabo.
- El entorno: hacer referencia al momento temporal y espacial en el que se va a poner en marcha. Al fin y al cabo se trata de enmarcarla geográficamente, dándole el tinte socioeconómico que se pueda.
- La clientela: hay que hacer referencia a quiénes van a ser los clientes, y por supuesto esto supone la primera gran decisión. No todo el mercado es nuestro cliente, hay que decidir quién es quién más nos interesa.
- La competencia: brevemente demostrar que la hemos tenido en cuenta. ¿Quiénes son? ¿Dónde están?. Estas dos preguntas al menos tienen que haber sido respondidas.
- La producción: ¿cómo lo vamos a hacer realmente? Este es el momento de explicarlo. Da igual que se trate de un producto (hablaremos de proceso de producción) o de un servicio (en este caso será proceso de servucción).
- Las personas: además de quién lo promueva, es necesario hacer un breve ejercicio para contar si vamos a necesitar a más personas o no, y si las vamos a necesitar, cuál será el perfil que busquemos.
- Los recursos: hacer una primera aproximación a los recursos que son necesarios para la puesta en marcha, y analizar las posibilidades tanto públicas como privadas.
Una vez que hayamos conseguido redactar un documento en el que partiendo de esa idea inicial que escribíamos sin importarnos el formato, demos respuesta a estas ocho cuestiones, ya sí que estamos en condiciones de ponernos a trabajar en el Proyecto de verdad. Es decir en ese documento que ya comentábamos que será nuestra primera herramienta de venta, por lo que tendremos que dotarlo de todos aquellos atributos que hagan que sea atractivo y por supuesto vendible. Del proyecto y sus diferentes partes hablaremos más adelante. Recordad que para cualquier cosa que necesitéis GRUPO3 está a vuestra disposición.
por grupo3estudios | Feb 20, 2015 | El Grial de tu Empresa, Empresa y Emprendimiento, Marcas
La primera vez que oímos hablar del DAFO, se nos hacía difícil pensar que fuera un tipo de análisis tan sencillo de realizar y a la vez tan útil. Casi lo mismo que ocurre con las “reglas de tres”, no podría entender la vida, sin ellas.
Aunque creemos que todos sabemos de lo que hablamos, no estaría mal recordar que con el DAFO -(Análisis basado en descubrir cuáles son las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades), o FODA, como se le denomina en Latinoamérica, dónde prefieren ver en primer lugar lo positivo- podemos acercarnos de una forma sencilla al análisis de una situación, de un momento, de un producto, de una marca, e incluso, de una persona, teniendo en cuenta que en toda realidad nos encontramos con cuestiones directas, aspectos internos que podemos controlar, ya sean positivos o negativos (puntos fuertes y puntos débiles), pero también con cuestiones indirectas, o temas que son incontrolables por nosotros, son independientes de nuestra capacidad o de nuestra voluntad (amenazas y debilidades), pero están en nuestro entorno y nos afectan directamente, por lo que al menos hay que tenerlos identificados.
Lo más importante a la hora de ponerse a trabajar con el DAFO, es diferenciar claramente lo externo de lo interno. Creemos que la mejor manera, siempre es centrarse en si es o no controlable por “mí”. Si lo es, será una cuestión interna, con lo que estaremos hablando de puntos fuertes y de puntos débiles. Si no lo es, es decir, si “yo” no puedo hacer nada para cambiar o controlar el tema que sea, por ejemplo, el tipo de interés bancario, en ese caso, estaremos ante cuestiones externas, que o bien me pueden favorecer, entonces son oportunidades, o bien pueden ser peligrosas, con lo que estaríamos ante amenazas que hay que saber que existen, para saber cómo afrontarlas.
Comenzábamos este post diciendo que este tipo de análisis puede ser útil para multitud de situaciones o cuestiones diferentes. Os proponemos para comenzar y además así para ayudarnos a conocernos mejor, ya que esta semana estamos tratando el tema de la venta y la marca personal, que nos atrevamos a hacer un DAFO de nosotros mismos. Más adelante iremos trabajando con otro tipo de análisis que como profesionales y para nuestras empresas nos pueden ayudar mucho, pero que en la mayoría de los casos parten de tener ya un DAFO realizado, como por ejemplo el análisis CAME.
A modo de ejemplo os dejamos la siguiente matriz, para animaos a que os hagáis vuestro propio análisis con el que descubrir, primero cuáles son vuestros puntos fuertes y cuáles los débiles, y por supuesto, en segundo lugar, para identificar las amenazas y las oportunidades que vienen del exterior.

Ya no damos más pistas, seguid con el trabajo personal. Si somos capaces de hacer nuestro DAFO, seguro que seremos capaces de hacer el de cualquier otra cosa.
¡¡Ánimo!! Si tenéis cualquier duda o necesitáis ayuda, ya sabéis que os la podemos ofrecer: info@grupo3estudios.com
por grupo3estudios | Feb 18, 2015 | El Grial de tu Empresa, Empresa y Emprendimiento, Marcas
Hay momentos en los que especialmente es necesario pararse y hacerse la siguiente pregunta ¿a dónde voy? Da igual que hablemos a nivel de empresa o a nivel personal, tanto en lo profesional, como en nuestra propia vida privada. El correr mucho, no nos asegura que vayamos a llegar a ninguna parte, así que hoy, y aquí, nos vamos a parar por unos instantes, y vamos a reflexionar acerca de si sabemos vendernos o no.
Desde que los tiempos de la opulencia pasaron, desde que aprendimos que la crisis no iba a ser una brevedad, sino una situación con la que teníamos que aprender a vivir y a convivir, la necesidad de no ser uno más, la necesidad de ser visto, de ser reconocido se ha convertido en cuestión vital para sobrevivir. Las empresas que pasan desapercibidas, los productos que no son vistos por los consumidores, las marcas que no se reconocen, mueren. Eso mismo pasa con los y las profesionales.
Aplicar el concepto de la venta, cuando hablamos de personas tiene en nuestra cultura ciertas connotaciones que podrían hacernos pensar en la “inmoralidad de venderse”, ahora bien, la cuestión es, ¿qué diferencia hay entre vender un producto, digamos un refresco y vender los servicios de un arquitecto? En un caso parece que nuestra conciencia se calla, porque hablamos de un objeto, en el otro, si aplicamos el concepto de venta al arquitecto, como persona, parece que estuviéramos denigrándolo. Y nada más lejos de la realidad.
Dejemos las consideraciones ético-morales, a un lado y hablemos de lo que nos interesa. ¿Sabemos vendernos? ¿Qué tengo que hacer para venderme mejor? ¿Cómo puedo hacerlo?. Las recetas mágicas no existen, pero sí hay que hacerse ciertas reflexiones que nos ayuden a que cada uno encontremos la mejor manera de “vendernos”. Lo primero debe de ser, sin ningún tipo de dudas, el tener una marca, al igual que ocurre con los productos al uso. Las marcas son el distintivo que nos permite diferenciar a unos de otros, y con nosotros, como profesionales, ocurre exactamente lo mismo.
La primera cuestión que tenemos que tener clara es ¿qué quiero vender? A partir de ahí desarrollaremos nuestra propia marca personal, o personal branding, que parece que si utilizamos el anglicismo suena mejor. Independientemente de lo que queramos transmitir, hay que tener en cuenta, que el primer y más importante objetivo debe de ser el DIFERENCIARSE, siendo conscientes de que para aumentar el valor de nuestro trabajo individual, tenemos que construir, promocionar, comunicar y proteger nuestra marca personal, con el objetivo de que seamos vistos como profesionales diferentes y capaces de aportar un valor único e irrepetible.
Para quien quiera empezar a “trabajarse” su marca personal, os dejamos algunas indicaciones que pueden ser de ayuda, en ese proceso vital:
1. Lo primero es tener el valor de hacerse un DAFO personal. Recordemos que con el DAFO, analizamos los puntos débiles y los fuertes, que en este caso serían de nuestra propia persona, y las amenazas y oportunidades, que estarían relacionadas con nuestro entorno.
2. Define tus objetivos profesionales (corto, medio y largo plazo).
3. Elabora estrategias y planes de acción que te lleven a conseguir esos objetivos.
4. Trabaja una imagen global (personal y profesional) coherente con los objetivos establecidos.
5. Saca partido a las redes sociales, teniendo siempre muy presentes tus objetivos.
6. Aprende a desarrollar un networking inteligente y eficaz.
Este es un trabajo constante, que no se sustenta sólo en tener muchos Followers, o en tener un blog, la marca personal es una cuestión mucho más compleja. Se trata de un proceso estratégico que parte del autoconocimiento, que permite establecer estrategias (acciones y objetivos a largo plazo) que debe tender a culminar con la visibilidad. Para ello hay que ser consciente de que la marca personal, igual que las marcas comerciales, tiene cuerpo y alma. El cuerpo es la visibilización que hacemos de nosotros mismos, que es relativamente lo más fácil. Lo que hay que trabajar mucho es el alma de nuestra marca, sabiendo cuáles son los valores con los que se nos debe de identificar y por supuesto impregnándolo todo de autenticidad. Este es un proceso complejo, que debemos de ir construyendo poco a poco, siendo conscientes de una gran realidad y es que nuestra marca personal, nos acompañará durante toda nuestra vida.
Todo esto nos ayudará a desarrollar nuestra marca personal con coherencia, teniendo claro, y sin sentir ningún tipo de vergüenza que al fin y al cabo lo que queremos es vendernos mejor y tener un valor mayor en el mercado.