La motivación está en hacer y en sentir

La motivación está en hacer y en sentir

Motivación es una palabra que forma parte de nuestro día a día. Si nos vamos al diccionario a buscar el significado formal de la palabra, nos encontramos con que la Real Academia de la Lengua la define como “Ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia”. Esta es una definición muy teórica, pero a la que podríamos denominar “poco motivante”. Si seguimos indagando, nos encontramos con que se considera motivación a la “cosa que anima a una persona a actuar o a realizar algo”. Esta concepción al menos, es más práctica. Pero si estuvieras en una entrevista de trabajo, o con un cliente, y te preguntaran ¿qué motivación tienes para seguir con este proyecto?, os habéis parado a pensar, ¿qué es lo que diríais?

Tal vez alguien que lea este post, no tenga que ponerse en situación, porque ya se haya tenido que enfrentar a responder a esta pregunta, pero sí que podría pensar en qué fue lo que respondió, y analizarlo.

Si los coches andan con combustible, las Tablets con baterías de litio, las batidoras con electricidad, los seres humanos funcionamos con motivación. Por eso es tan importante que tengamos claro qué es lo que realmente nos motiva, qué es lo que hace que merezca la pena un trabajo, qué es lo que hace que no nos importe el tiempo que tengamos que dedicarle a un proyecto. La respuesta obvia sería la motivación. Pero realmente la motivación, es saber el porqué, el para qué, el por quién, o incluso, siendo sinceros, el por cuánto. Es importante que seamos capaces de responder a estas preguntas para nosotros mismos. Que tengamos el valor de saber y de aceptar qué es lo que realmente nos motiva, para así saber dónde hemos de buscar.

Por si puede servir de punto de partida, y sin ánimo de ser retóricos, ni de dar consejos a nadie, pero sí de ayudar en ese proceso de autoconocimiento que debe de llevarnos a mejorar nuestro branding personal y a conseguir nuestros objetivos profesionales, hablaremos de nuestra concepción de la motivación.

La auténtica motivación, la que te lleva a hacer lo que haga falta por conseguir algo, lo que sea, se sustenta en dos columnas hercúleas, el hacer y el sentir. Nos tiene que poner lo que hacemos, y nos tiene que poner lo que sentimos, mientras lo hacemos. Tenemos que buscar qué es lo que en el caso particular de cada uno de nosotros hace que seamos capaces de generar dopamina (hormona responsable del placer) y endorfina (hormona responsable de la felicidad). No hay fórmulas magistrales, no hay varitas mágicas, hay proceso de búsqueda y de conocimiento de nosotros mismos, por supuesto, de forma honesta. Asumiendo qué es lo que realmente nos motiva, aceptándolo y después buscándolo. Es un proceso en el que hay que invertir tiempo, pero en el que la recompensa por supuesto, merece la pena.

Al final, siempre debemos de recordar que la mayor de las satisfacciones que tiene el ser humano, independientemente de lo que le guste o le deje de gustar, es la emocional, a la que ojo, no hay porqué llegar de forma “espiritual”, no confundamos, a esta recompensa emocional, también se puede llegar, de forma “material”. Sólo tenemos que atrevernos a reconocer qué es lo que nos lleva a esa recompensa emocional, que hace que lo que cueste llegar, merezca la pena. En ese momento tendremos muy claro, qué es lo que nos motiva.

El movimiento se demuestra andando, y una imagen vale más que mil palabras. Esperamos que lo disfrutéis y sobre todo que reflexionéis.

¿Qué dicen de nosotros los avatares que utilizamos en las Redes Sociales?

¿Qué dicen de nosotros los avatares que utilizamos en las Redes Sociales?

Ya sabemos que la marca personal es una cuestión muy importante, tanto en el terreno profesional, como incluso en el personal. Trabajar en la construcción de esta, para que trasmita lo que realmente queremos, no es una cuestión baladí. Como decíamos en otra entrada de este blog: “Este es un proceso complejo, que debemos de ir construyendo poco a poco, siendo conscientes de una gran realidad y es que nuestra marca personal, nos acompañará durante toda nuestra vida.”

El hecho de que nos acompañe durante toda nuestra vida, nos debe hacer reflexionar sobre lo que estamos trasmitiendo en las Redes Sociales, siendo conscientes de que en este mundo digital, todo deja huella y todo tiene que guardar coherencia. Desde GRUPO3, recomendábamos hacer un DAFO personal que nos ayudara a conocernos mejor, y a saber de esta manera qué podíamos explotar sobre nosotros mismos y qué podíamos o necesitábamos mejorar, para poder alcanzar los objetivos que nos marcásemos.

Como comentábamos más arriba, hoy vamos a centrarnos en lo que trasladamos con nuestros avatares. Es decir, con esa imagen que elegimos para que sea la que nos represente y la que nos visibilice en la Red. A lo largo de la semana en nuestro Twitter (@GRUPO3Estudios) vamos a ir dándo claves e indicaciones muy prácticas, que seguro que os hacen pensar, e incluso hasta reir.

Como adelanto sí que nos gustaría dar algunas claves que no se deben de descuidar acerca de la foto o imagen que elijamos para que nos represente en las redes:

1º Tiene que haber imagen (nada de dejar el famoso “huevo” de Twitter, por ejemplo)

2º No poner fotos en las que no se identifique a la persona, bien por estar demasiado lejos, bien por estar borrosa, bien por haber más de una persona en la imagen.

3º Si queremos utilizar fotos de animales, que sea porque realmente va con nuestra idiosincrasia, pero recordad que es poco serio y profesional, a no ser que tengamos algo que ver con el mundo de los animales.

4º Si se utilizan marcas, carteles, logotipos, etc., hay que asegurarse de que se identifican claramente y se ven bien.

5º Los avatares de cómic, dibujos, etc., tampoco es que sean muy serios, serviría la indicación de los animales. Dependerá mucho de lo que queramos transmitir con nuestra marca, pero lo que sí es importante, es que al menos lo trabajemos y lo personalicemos, para que nos represente a nosotros y no a cualquiera.

6º Recordemos que las mejores fotos son de cara, a ser posible con fondo neutro, e incluso en blanco y negro, esbozando una sonrisa y sin utilizar gafas de sol, gorras u otros elementos similares. Además probablemente la foto en blanco y negro de nuestro rostro sea la que trasmita una mejor imagen de seriedad, profesionalidad y responsabilidad.

Ahora es el momento de revisar cómo son nuestras fotos en las redes y de estar atentos y atentas durante toda la semana a las indicaciones que os iremos dando por twitter (@GRUPO3Estudios).

¿Te atreves a hacerte tu DAFO personal?

¿Te atreves a hacerte tu DAFO personal?

La primera vez que oímos hablar del DAFO, se nos hacía difícil pensar que fuera un tipo de análisis tan sencillo de realizar y a la vez tan útil. Casi lo mismo que ocurre con las “reglas de tres”, no podría entender la vida, sin ellas.

Aunque creemos que todos sabemos de lo que hablamos, no estaría mal recordar que con el DAFO -(Análisis basado en descubrir cuáles son las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades), o FODA, como se le denomina en Latinoamérica, dónde prefieren ver en primer lugar lo positivo- podemos acercarnos de una forma sencilla al análisis de una situación, de un momento, de un producto, de una marca, e incluso, de una persona, teniendo en cuenta que en toda realidad nos encontramos con cuestiones directas, aspectos internos que podemos controlar, ya sean positivos o negativos (puntos fuertes y puntos débiles), pero también con cuestiones indirectas, o temas que son incontrolables por nosotros, son independientes de nuestra capacidad o de nuestra voluntad (amenazas y debilidades), pero están en nuestro entorno y nos afectan directamente, por lo que al menos hay que tenerlos identificados.

Lo más importante a la hora de ponerse a trabajar con el DAFO, es diferenciar claramente lo externo de lo interno. Creemos que la mejor manera, siempre es centrarse en si es o no controlable por “mí”. Si lo es, será una cuestión interna, con lo que estaremos hablando de puntos fuertes y de puntos débiles. Si no lo es, es decir, si “yo” no puedo hacer nada para cambiar o controlar el tema que sea, por ejemplo, el tipo de interés bancario, en ese caso, estaremos ante cuestiones externas, que o bien me pueden favorecer, entonces son oportunidades, o bien pueden ser peligrosas, con lo que estaríamos ante amenazas que hay que saber que existen, para saber cómo afrontarlas.

Comenzábamos este post diciendo que este tipo de análisis puede ser útil para multitud de situaciones o cuestiones diferentes. Os proponemos para comenzar y además así para ayudarnos a conocernos mejor, ya que esta semana estamos tratando el tema de la venta y la marca personal, que nos atrevamos a hacer un DAFO de nosotros mismos. Más adelante iremos trabajando con otro tipo de análisis que como profesionales y para nuestras empresas nos pueden ayudar mucho, pero que en la mayoría de los casos parten de tener ya un DAFO realizado, como por ejemplo el análisis CAME.

A modo de ejemplo os dejamos la siguiente matriz, para animaos a que os hagáis vuestro propio análisis con el que descubrir, primero cuáles son vuestros puntos fuertes y cuáles los débiles, y por supuesto, en segundo lugar, para identificar las amenazas y las oportunidades que vienen del exterior.

DAFO CUADRO RESUMEN

Ya no damos más pistas, seguid con el trabajo personal. Si somos capaces de hacer nuestro DAFO, seguro que seremos capaces de hacer el de cualquier otra cosa.

¡¡Ánimo!! Si tenéis cualquier duda o necesitáis ayuda, ya sabéis que os la podemos ofrecer: info@grupo3estudios.com

¿Sabes venderte?

¿Sabes venderte?

Hay momentos en los que especialmente es necesario pararse y hacerse la siguiente pregunta ¿a dónde voy? Da igual que hablemos a nivel de empresa o a nivel personal, tanto en lo profesional, como en nuestra propia vida privada. El correr mucho, no nos asegura que vayamos a llegar a ninguna parte, así que hoy, y aquí, nos vamos a parar por unos instantes, y vamos a reflexionar acerca de si sabemos vendernos o no.

Desde que los tiempos de la opulencia pasaron, desde que aprendimos que la crisis no iba a ser una brevedad, sino una situación con la que teníamos que aprender a vivir y a convivir, la necesidad de no ser uno más, la necesidad de ser visto, de ser reconocido se ha convertido en cuestión vital para sobrevivir. Las empresas que pasan desapercibidas, los productos que no son vistos por los consumidores, las marcas que no se reconocen, mueren. Eso mismo pasa con los y las profesionales.

Aplicar el concepto de la venta, cuando hablamos de personas tiene en nuestra cultura ciertas connotaciones que podrían hacernos pensar en la “inmoralidad de venderse”, ahora bien, la cuestión es, ¿qué diferencia hay entre vender un producto, digamos un refresco y vender los servicios de un arquitecto? En un caso parece que nuestra conciencia se calla, porque hablamos de un objeto, en el otro, si aplicamos el concepto de venta al arquitecto, como persona, parece que estuviéramos denigrándolo. Y nada más lejos de la realidad.

Dejemos las consideraciones ético-morales, a un lado y hablemos de lo que nos interesa. ¿Sabemos vendernos? ¿Qué tengo que hacer para venderme mejor? ¿Cómo puedo hacerlo?. Las recetas mágicas no existen, pero sí hay que hacerse ciertas reflexiones que nos ayuden a que cada uno encontremos la mejor manera de “vendernos”. Lo primero debe de ser, sin ningún tipo de dudas, el tener una marca, al igual que ocurre con los productos al uso. Las marcas son el distintivo que nos permite diferenciar a unos de otros, y con nosotros, como profesionales, ocurre exactamente lo mismo.

La primera cuestión que tenemos que tener clara es ¿qué quiero vender? A partir de ahí desarrollaremos nuestra propia marca personal, o personal branding, que parece que si utilizamos el anglicismo suena mejor. Independientemente de lo que queramos transmitir, hay que tener en cuenta, que el primer y más importante objetivo debe de ser el DIFERENCIARSE, siendo conscientes de que para aumentar el valor de nuestro trabajo individual, tenemos que construir, promocionar, comunicar y proteger nuestra marca personal, con el objetivo de que seamos vistos como profesionales diferentes y capaces de aportar un valor único e irrepetible.

Para quien quiera empezar a “trabajarse” su marca personal, os dejamos algunas indicaciones que pueden ser de ayuda, en ese proceso vital:

1. Lo primero es tener el valor de hacerse un DAFO personal. Recordemos que con el DAFO, analizamos los puntos débiles y los fuertes, que en este caso serían de nuestra propia persona, y las amenazas y oportunidades, que estarían relacionadas con nuestro entorno.
2. Define tus objetivos profesionales (corto, medio y largo plazo).
3. Elabora estrategias y planes de acción que te lleven a conseguir esos objetivos.
4. Trabaja una imagen global (personal y profesional) coherente con los objetivos establecidos.
5. Saca partido a las redes sociales, teniendo siempre muy presentes tus objetivos.
6. Aprende a desarrollar un networking inteligente y eficaz.

Este es un trabajo constante, que no se sustenta sólo en tener muchos Followers, o en tener un blog, la marca personal es una cuestión mucho más compleja. Se trata de un proceso estratégico que parte del autoconocimiento, que permite establecer estrategias (acciones y objetivos a largo plazo) que debe tender a culminar con la visibilidad. Para ello hay que ser consciente de que la marca personal, igual que las marcas comerciales, tiene cuerpo y alma. El cuerpo es la visibilización que hacemos de nosotros mismos, que es relativamente lo más fácil. Lo que hay que trabajar mucho es el alma de nuestra marca, sabiendo cuáles son los valores con los que se nos debe de identificar y por supuesto impregnándolo todo de autenticidad. Este es un proceso complejo, que debemos de ir construyendo poco a poco, siendo conscientes de una gran realidad y es que nuestra marca personal, nos acompañará durante toda nuestra vida.

Todo esto nos ayudará a desarrollar nuestra marca personal con coherencia, teniendo claro, y sin sentir ningún tipo de vergüenza que al fin y al cabo lo que queremos es vendernos mejor y tener un valor mayor en el mercado.