Estar a la última, ¿necesidad o capricho?

Estar a la última, ¿necesidad o capricho?

teclado brillante

“A veces navegamos con el viento, a veces en contra, pero debemos navegar, no estar a la deriva, ni echar el ancla” – Oliver Wendell Holmes

Hoy nos planteamos tanto en el caso de los nuevos emprendedores y emprendedoras, así como en el de las empresas que ya están asentadas en el mercado, si el estar a la última en lo que a la utilización de las nuevas tecnologías se refiere, es realmente una necesidad en la que hay que invertir tiempo y recursos, o por el contrario, se pude considerar un capricho, para así ser más “cool”.

Lo cierto es que en pleno siglo XXI ya, pocos son los sectores, o las empresas que pueden mantenerse fuera de la “onda de la introducción de las nuevas tecnologías”. Es cierto que en cada caso hay que ser consciente de que es lo que realmente es imprescindible, y qué es lo que puede pasar a un segundo término, sobre todo cuando estamos en clave de ahorro.

Hace unos años, en plena investigación sobre el sector industrial de Andalucía, hubo un hecho que llamó poderosamente nuestra atención, y es que una cooperativa olivarera muy importante de Andalucía, y que movía una cantidad de dinero, realmente impresionante, no contaba con correo electrónico, ni tampoco con algo tan básico como un fax. Cuando le requerimos la información necesaria, que además al ser un estudio oficial del Instituto de Estadística de Andalucía, tenían obligación de presentar, pensamos que se trataba de una excusa burda, pero cuál fue nuestra sorpresa, cuando un par de semanas después recibimos la información, perfectamente mecanografiada, pidiendo disculpas por enviarla por correo ordinario porque el fax estaba roto. La verdad es que en ese momento lo entendimos como algo hasta tierno, pero evidentemente, fuera de la mera anécdota, es imposible que una empresa, pueda ser competitiva estando tan al margen del mundo actual. Ojo, puede que esa empresa tuviera beneficios, que de hecho así era, pero si estuviera en el presente en cuanto a su gestión seguro que serían mayores, y sobre todo se elevaría su competitividad.

Hemos querido mencionar este caso, porque es cierto que existen muchas velocidades para las empresas, va a depender del mercado en el que se muevan, y por supuesto del grado de asentamiento que tengan en el mercado, así como de cuáles sean sus objetivos de crecimiento. Pero lo cierto es que la mayoría no podemos permitirnos el lujo de estar de espaldas a la evolución. Hoy hay cuestiones tan básicas que ni se mencionan para una empresa, como contar con un mail (por favor corporativo) y que por supuesto que tenga presencia en la Red. Antes estar presente en la red, quedaba finiquitado con tener una página web que hacía las veces de escaparate al ciber mundo. Hoy esto no es suficiente. La presencia tiene que ser más dinámica, y mostrar sobre todo interactuación con el mundo en el que se mueve la empresa, con sus potenciales clientes, con sus competidores, con sus proveedores o distribuidores. Hoy tenemos muchas opciones, por eso hay que estudiarlas y elegir en cuál o cuáles queremos tener presencia. Es importante tener en cuenta que NO ES NECESARIO ESTAR DE TODAS LAS FORMAS POSIBLES. Pero lo que sí es cierto, que en la forma en la que elijamos estar, tenemos que ser constantes y demostrar que nos interesa y que estamos vivos. Por ejemplo, con las redes sociales. Tendremos que ver cuál nos interesa más. Y una vez que hemos optado por una o varias, es necesario que nuestra actividad y nuestra presencia sea constante. Que no parezca que un día estuvimos en una jornada, o hicimos un curso, en el que nos hablaron de la importancia de las redes y nos “apuntamos” a todas y nunca más se supo.

De entrada no hay una red mejor que otra, va a depender de las preferencias de nuestros consumidores y también de la dedicación que podamos tenerle, de la formación que tengamos, de que podamos o no contar con un Community. A modo de ejemplo, si optamos por estar presentes en Twitter hemos de ser conscientes de que como mínimo tendremos que poner cuatro al día. Si optamos por Facebook como mínimo tendremos que postear una vez cada día. Si por el contrario optamos por estar presentes mediante un blog, tendremos que trabajar la calidad de los contenidos, y además como mínimo tener una entrada semanal. En definitiva son muchas las posibilidades que se nos presentan, sólo hemos de buscar la que mejor se adecúe a nuestras necesidades. Igual ocurrirá con las herramientas de gestión , aquí nuestra recomendación es que el esfuerzo que se haga sea mayor, ya que todo lo que gastemos en mejorar la calidad y la rapidez de nuestro trabajo, realmente será una inversión que además a buen seguro que la amortizaremos rápidamente.