Es mejor perder, que nunca haber tenido.
Media España está de vacaciones y la otra media lo estará en breve. Esta semana llamada de Pasión, se puede analizar y mirar desde muy diferentes enfoques y puntos de vista, y eso es lo que vamos a hacer nosotros. Hoy es lunes y ya sabemos que empezamos siempre la semana con la enseñanza del azucarillo. Hoy hemos elegido una frase muy apropiada para que nos haga reflexionar un poco en estos días en los que en general se baja una marcha el ritmo (excepto aquellos que tienen que ver con el turismo y con todo lo que acompaña a procesiones, hermandades, etc.).
La vida es irónica: Se necesita tristeza para conocer la felicidad, ruido para apreciar el silencio y ausencia, para valorar la presencia.
Es mucho lo que podemos aprender de esta frase, a la que en este periodo vacacional, podríamos añadir, que se necesita cansancio para apreciar el descanso. Quien vive en un continuo asueto, no es capaz de valorar lo que significa tener unos momentos para dedicárnoslos a nosotros mismos. Y hacer aquello que nos lleve a sentirnos realmente bien, deporte, ver una peli, estar dos horas en la ducha, pintarte las uñas de los pies, jugar a vaqueros, cantar hasta quedar afónico, copear con los amigos, bailar hasta no poder más… Cada cual tiene aquello que le hace sentirse bien y que es lo que busca cuando está de vacaciones. La pena es quien pasados los días. Cuando a la vuelta le preguntas, te responde quería haber hecho, quería haber ido, quería haber… pero en definitiva NO HA HECHO. El tiempo es el recurso más escaso que tenemos, y uno que de verdad no podemos controlar, así que deberíamos de aprender a aprovecharlo mejor, porque además, por mucho que nos quieran hacer sentir lo contario, el tiempo que se va no vuelve, jamás. Vendrá otro diferente, pero el que no aprovechamos, ese pasó.
Siguiendo con nuestro azucarillo de hoy, podemos seguir sacando conclusiones. Una que se nos puede venir a la cabeza, es que realmente para poder saber lo que significa una emoción, un sentimiento, y valorarlo en su justa medida, hemos tenido que experimentar su contario. Por mucho que tengamos ideas abstractas y que nos fabriquemos nuestros elementos idílicos para comparar, hasta que no experimentamos, no lo sabemos. Como dice el refranero español, que es muy sabio (normalmente), nadie escarmienta en carnes ajenas, o lo que es lo mismo, nadie sabe realmente lo que se siente, sólo porque los demás las hayan sentido y te las cuenten. No se sabe lo que es desear realmente, hasta que no llega eso que hace que todo lo demás que hay en tu vida pase a un segundo plano, porque hay algo que es lo que hace que el resto cobre sentido. No puedes saber lo que es el sentimiento de vacío, hasta que lo que más deseas, quieres, amas, desaparece. Ahí es cuando aprendes que significa el vacío. Te lo pueden contar, te lo pueden explicar, pero sólo hay una manera de realmente saberlo, y es sentirlo. Y aquí sólo cabe recordar algo, que no nos dé miedo de saber, que no nos dé miedo de sentir, que no dejemos que nos lo cuenten, y que seamos nosotros mismos quien lo experimentemos. Luego, ya decidiremos.
Realmente la vida es muy irónica, y nosotros la hacemos aún más. Cuando tenemos algo no lo valoramos, necesitamos que no esté para darnos cuenta de la importancia que tiene. Cuando hay silencio, querríamos que el ruido nos inundara, cuando estamos tristes, recordamos los momentos de felicidad, y cuando estamos felices, no lo disfrutamos pensando en que la tristeza volverá. Al final, no sabemos vivir el momento, ni disfrutar de cada una de las pequeñas cosas que tiene cada día. Y cuando nos queramos dar cuenta, nuestro tiempo habrá pasado. Así que esta semana puede ser una gran ocasión para empezar a disfrutar el momento. Quien esté de vacaciones, que las disfrute y que al volver, no haya ni un quería, quería, y sólo he hecho, he hecho.